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Ricardo Escobar, exdirector del SII: “Lo que estamos haciendo en materia tributaria hace rato es chino mandarín”

El abogado valora que Hacienda haya desechado los impuestos al patrimonio y a las utilidades retenidas, pero dice que el pacto fiscal tiene medidas que ya se han aplicado en el pasado, como la depreciación instantánea.

Por: Sebastián Valdenegro | Publicado: Lunes 7 de agosto de 2023 a las 04:00 hrs.
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Foto: Julio Castro
Foto: Julio Castro

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Ricardo Escobar es una de las voces más escuchadas por los empresarios en el debate tributario. Y como tal, tiene una doble mirada al pacto fiscal propuesto por el Ministerio de Hacienda la semana pasada.

El socio de Bofill Escobar Silva y académico de la U. de Chile, valora que se hayan desechado dos de los impuestos más controversiales del proyecto (al patrimonio y utilidades retenidas), pero considera que a la iniciativa en su conjunto le falta innovación.

“Es positivo que exista un llamado a hacer un pacto. Ahora vendrá la negociación de verdad. Que haya una oferta en la mesa no significa que va a haber un pacto al final, pero no le hace bien a Chile que cada dos años se esté negociando o proponiendo cambios tributarios importantes”, señala quien fuera director del Servicio de Impuestos Internos (SII) entre 2006 y 2010.

“No hay reforma tributaria que no venga con una fórmula de depreciación acelerada o instantánea y no la usa nadie, sobre todo si al otro lado se proponen cosas como reducir el uso de las pérdidas. Hay incoherencias de diseño”.

“Las empresas chilenas son de las que más impuestos pagan en el mundo en términos comparados. Las personas de mayores ingresos en Chile pagan una enorme cantidad de impuestos, pagan el grueso de todos los impuestos”.

- ¿Qué rescata y qué considera negativo de la propuesta?

- Es bueno que, por primera vez, se esté poniendo sobre la mesa qué se va a hacer con los recursos. Tanto las prioridades en que se quiere gastar, como el esfuerzo hacia hacer un mejor uso también de ese dinero. El esfuerzo en eficiencia que tiene que hacer el Estado es un tema central. Ahí todavía faltan cosas importantes, porque una de las cosas que más influye en el gasto del gobierno es el gasto en salarios. Si no hay en la mesa un elemento que tenga que ver con eficiencia en el gasto en personal, podemos estar con bastante ruido y pocas nueces.

También aplaudo que se haya planteado mejorar el sistema de permisos, hacerlo más coherente, más rápido y más ágil. Cuando para procesar un mismo permiso en Estados Unidos se demoran un año y en Chile nos demoramos diez, le estamos dando una ventaja enorme a cualquier inversión en Estados Unidos versus una inversión en Chile.

- ¿Es suficiente que se haya renunciado al impuesto al patrimonio y a las utilidades retenidas?

- El que se despejen propuestas que eran negativas y que provocaban efectos colaterales adversos y poca recaudación, como el impuesto al patrimonio y el impuesto a las utilidades retenidas, ya ayuda porque hace más fácil que las dos partes puedan tener un lugar común para lograr de verdad un pacto.

- Como un todo, ¿es más optimista respecto a la reforma tributaria original?

- Sin duda, es un mejor punto de partida. La probabilidad de éxito va a depender la del mecanismo de negociación que venga hacia adelante. Si la fórmula es esto es y nos vemos en el Congreso sin más discusión, no vamos a tener un buen pacto. Puede que haya una reforma tributaria, pero no vamos a tener un buen sistema tributario.

La parte crítica que tengo es que seguimos viendo propuestas del mismo tipo que han fracasado durante los últimos diez años, que son parches sobre parches de un sistema que ya perdió armonía. El sistema tributario chileno se ha hecho extremadamente complejo.

Para la mayor parte del país, lo que estamos haciendo en materia tributaria desde hace mucho rato es chino mandarín. Llevamos 12 años con reformas tributarias que no están resultando, ¿queremos hacer medidas del mismo tipo? Uno puede predecir que no va a resultar. - ¿Cuáles son esas propuestas a las que se refiere?

- Seguir con ideas como una depreciación acelerada, semi acelerada, temporal, una cosa que ya se ha hecho una docena de veces en el pasado, que no produce ningún efecto en términos de mover la aguja de las inversiones y que hace más complejo el sistema de contabilización para determinar la base de los impuestos. No hay reforma tributaria que no venga con una fórmula de depreciación acelerada o instantánea y no la usa nadie, sobre todo si al otro lado se proponen cosas como reducir el uso de las pérdidas. Hay incoherencias de diseño.

Entonces, lo que uno puede ver es que lo que se anuncia es un poco más de lo mismo que hemos visto muchas veces. Y lo que uno puede constatar es que con este mismo tipo de medidas, cada vez que se ha dicho que vamos a subir un 3% del PIB, pasan cuatro o cinco o seis años y la recaudación varió un punto de PIB.

- ¿Ve un riesgo de que vuelva a ocurrir eso con esta reforma?

- Si no hacemos bien las cosas, creo que sí.

Una idea buena es este comité de economistas de altísimo nivel y experiencia que van a revisar el aporte del crecimiento a la recaudación. Invitaría al ministro Marcel y al Presidente a que consideren que esa mesa, en vez de 45 días, opere 120 días para que puedan trabajar también una mirada nueva, más fresca al sistema tributario. No nos quedemos jugando con las mismas herramientas que hemos usado una docena de veces y que fracasan una y otra vez.

“Error de óptica”

- ¿A este pacto fiscal le falta ambición, ser más innovador?

- Nos estamos mirando el ombligo. No estamos mirando lo que está pasando en el mundo.

Hoy, las empresas chilenas son de las que más impuestos pagan en el mundo en términos comparados. Las personas de mayores ingresos en Chile pagan una enorme cantidad de impuestos, pagan el grueso de todos los impuestos. Se sigue hablando de subirle el impuesto a los ricos, pero cuando uno mira los datos del SII te encuentras, por ejemplo, que para el tramo más alto de impuestos, que son las personas que ganan más de $ 200 millones en Chile al año, representaron el 0,01% de los contribuyentes (9.700 personas). Ellos pagaron el 25% de los impuestos.

Si tomas el siguiente tramo, que son las personas que ganan más de $ 70 millones al año, son 82.000 contribuyentes, el 0,8% del total y pagan el 58% de los impuestos de las personas.

Entonces, hay un error de óptica. Va a ser difícil cobrarles mucho más impuestos a estas personas.

- ¿Por qué?

- Porque en la medida que se les cobra tasas equivalentes a Noruega, pero con servicios que no son los de un país nórdico, el resultado es que esa persona tiene todo el incentivo de irse a otro país y es lo que está pasando con la gente talentosa, capacitada, que maneja dos o tres idiomas, que tiene las capacidades que uno quisiera que se queden en Chile.

- Chile sigue siendo un país desigual. ¿Cómo aumentar la recaudación si no es a través de los contribuyentes de más altos ingresos?

- La fórmula que nosotros tenemos es la de un país pobre. Los países pobres solo tratan de cobrarle a los ricos. Los países desarrollados tienen el impuesto a las personas en general como la principal fuente de recaudación de impuestos, y está distribuido a lo largo de toda la curva de riqueza, desde las personas de menores ingresos hasta las de más altos ingresos.

Chile tiene al grueso de la población o libre totalmente de impuesto a la renta o con una tributación bajísima. Eso va de la mano con la informalidad.

- ¿Hay que aumentar la base imponible?

- Sí, aumentar el número de personas que pagan. Desde luego, los más pobres van a tener que pagar más, pero devuélveles por otro lado y aprovechas de ayudar al gran problema que tenemos hoy: la informalidad.

Puede ser un impuesto a la renta negativo o una devolución de IVA a las personas de menores ingresos. ¿Cómo se administra eso? Bueno, uno puede utilizar el sistema de RUT que tenemos o mediante el uso de pagos electrónicos. Ese tipo de cosas son posibles con la tecnología.

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El extitular del SII destaca las medidas que combaten la informalidad, pero tiene dudas con la aplicación administrativa de la Norma Antielusiva.

- ¿Cómo ve las medidas de la reforma para combatir la evasión y la elusión?
- Hay cosas que requieren mayor fiscalización pero no un cambio legal, como por ejemplo controlar el mal uso de las facturas en las compras. El abuso que hay con los couriers en el comercio internacional es un problema de verdad, y es grave porque hay una competencia desleal. Si puedo traer todas mis mercaderías a través de un courier diciendo que valen menos de US$ 41 y paso un elefante metido ahí adentro y no hay nadie que lo mire, desde luego hay un problema.
- Pero las medidas antielusión aplican principalmente para los grandes contribuyentes.
- Ahí el tema es totalmente diferente, que es cuál es la interpretación de la ley.
O sea, lo que hizo una persona o empresa asesorada por un estudio de abogados y le dijeron que esto es perfectamente legal, lo confirmaron con una empresa de auditores que le dice que también se puede hacer, pero viene el SII dos años después y le dice que tiene una opinión distinta... ¿eso es una situación ilegal o estamos hablando de una discrepancia sobre cómo se aplica la ley?
Esa situación se da desde probablemente los egipcios hasta hoy. No tengo ninguna duda que debe haber habido algún egipcio que cuando venía el faraón a tratar de cobrarle impuestos debe haber dicho no, a mí no me corresponde porque El Nilo en esta parte no subió tan alto. Esa es una discusión eterna.
Entonces, el tema es cuál es el mecanismo adecuado dada nuestra institucionalidad. Y es la Norma Antielusión que se lleva aplicando hace varios años. Eso ya existe y el servicio ha hecho uso de esa herramienta. ¿Hay algo en la ley actual que impide al SII perseguir esos casos? ¿El problema es tener que llevarlos al tribunal? No creo que sea esa la discusión.
- ¿Qué están trabajando en Amarillos en materia tributaria?
- Hay un grupo que lo lidera René Cortázar, está José Pablo Arellano, Óscar Guillermo Garretón y yo. Es un grupo que a petición del comité político ha estado preparando algunas ideas, poniendo el foco en cosas diferentes a las habituales.
El primero es el tema del crecimiento. Si Chile, en vez de tener dos empresas explotando litio tuviera hoy cinco o seis, no habría que hacer reforma tributaria porque el crecimiento de esa nueva industria sería equivalente. Entonces, apuntémosle a las cosas que de verdad importan. También enfocarse realmente en la informalidad, pero viéndola en su conjunto con los incentivos adecuados. Ese es el tipo de innovación que hay que hacer.
O sea, salgámonos de la caja, de esta especie de camisa de fuerza con la que ha estado trabajando el Ministerio de Hacienda ya por tres o cuatro gobiernos. Eso ya no funciona. Tenemos que hacer de nuevo que nuestro país vuelva a tener la creatividad que lo impulsó hace 30 años atrás. Ese es el desafío que queremos tomar desde Amarillos.
Hay que pensar cosas distintas. En alguna época Chile fue capaz de armar un sistema tributario que resultara atractivo, que permitiera incentivar que el talento se quedara en Chile. Tenemos que ser capaces de salirnos un poco de la caja y seguir trabajando sobre el sistema tributario tal como está, démonos el tiempo de revisarlo.
Afortunadamente, el ministro Marcel anunció que todo el tema de impuesto a la renta va a quedar para marzo. Aprovechemos esa oportunidad.

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